Las delanteras de la Selección argentina, una cuestión de calidad

En su último partido, la Albiceleste jugó con Álvarez, Martínez y Messi, un trío que responde a una escuela histórica atada a una realidad: la jerarquía. Un repaso por los ataques más impresionantes de la celeste y blanca.
La historia de la Selección argentina tiene varias pruebas para comprobar que la acumulación de grandes jugadores no implica conseguir un equipo que dé garantías ni un grupo con posibilidades de salir campeón. Pero, a la vez, si se analizan los nombres, las tendencias y las individualidades, no hay dudas de que se trata de uno de los países con mayor poder de fuego de ataque la historia.
En el último partido del equipo de Lionel Scaloni, en la goleada por 6-0 contra Bolivia, el equipo albiceleste puso en cancha a Lautaro Martínez (ídolo de Inter, último goleador de la Serie A), Julián Álvarez (campeón de todo con Manchester City y ahora uno de los grandes nombres del Atlético Madrid) y Lionel Messi (no necesita presentación). Entre los tres, le marcaron cinco goles a Bolivia (más un tanto de Thiago Almada para completar el 6-0), en una verdadera demostración de fuerza, por la décima jornada de las Eliminatorias sudamericanas.
Aunque en algún momento la cuestión de la utilización de dos centrodelanteros fue un verdadero ‘escándalo’ futbolístico en el país (cuando Marcelo Bielsa se negó a poner juntos a Gabriel Batistuta y Hernán Crespo, los dos grandes goleadores del fútbol europeo del período 99-2002), el entrenador campeón del mundo se las ingenió para encontrarles lugares productivos y volver a Lautaro y Julián en una verdadera amenaza para los rivales. El plan, que implica el retroceso de Álvarez en zonas algo más lejanas al área y que lo incluye como una pieza clave en la presión, no es inédito.
Los centrodelanteros habían sido parte del partido ante Paraguay, por la tercera fecha de las Eliminatorias rumbo a la Copa Mundial 2026, aunque sin Messi. Ante la Verde, fue la primera vez que la dupla se posicionaba al lado del 10 de Inter Miami, una posibilidad única si se tiene en cuenta el retiro de Ángel Di María de la Selección. No la desaprovecharon.
Pero las grandes referencias de ataque no son un episodio aislado ni un evento de estación. Aquí, un repaso por los diferentes ataques que tuvo la Selección argentina.
Daniel Bertoni-Lepoldo Luque-Oscar Ortíz (Copa Mundial 1978): No fue el ataque que participó de la Copa Mundial del 78 pero sí el que se ratificó en el tramo final. A esas opciones se sumaba la de René Houseman, que tuvo más protagonismo al inicio del torneo. Luque tuvo apariciones espectaculares, especialmente su golazo contra Francia para el 2-1 y los tantos en la goleada con Perú. Ortíz, por su parte, era un jugador más de rol que jugaba abierto y ofrecía pase, descarga y desborde. Detrás de este trío se ubicaba Mario Kempes, que fue incluso mucho más determinante y goleador pese a estar unos metros más retrasado.
Jorge Valdano-Diego Maradona (Copa Mundial 1986): Carlos Bilardo innovó con el 5-3-2 y el equipo dejó de tener alguna que otra compañía fija para Maradona en ataque, pero es cierto que el funcionamiento le daba permanentes opciones de pase y libertad para moverse donde quisiera. A esta dupla se sumaba principalmente Jorge Burruchaga, el gran aliado del número 10 en el torneo. Valdano era fuerte, potente y goleador. Le hizo un gol a Bulgaria de cabeza, marcó dos ante República de Corea, tras dos habilitaciones del 10, y convirtió con clase en la final con Alemania.
Claudio Paul Caniggia-Gabriel Omar Batistuta-Diego Armando Maradona (Copa Mundial 1994): Duró demasiado poco, pero el trío de ataque estaba destinado a cosas grandes. La camiseta de la Selección argentina convenció a Maradona a salir del retiro y, a los 34 años, mostró una de sus mejores versiones para un equipo que, aunque sufrió para la clasificación del torneo que se disputó en Estados Unidos, venía de ganar la Copa América de manera consecutiva (1991 y 1993).
Caniggia ya había sido figura en 1990 y Batistuta era el nombre fresco que empezaba a brillar en Europa. En el primer partido del torneo, Batigol marcó tres tantos en la victoria ante Grecia, por 4 a 1, goleada que completó Maradona tras una bella pared con Fernando Redondo. Contra Nigeria, el turno fue de Caniggia. Dos tantos para vencer al conjunto africano por 2-1. Cani atacaba los espacios y hacía uso de su enorme velocidad. Batistuta, puro goleador, se movía entre los centrales. Y Maradona flotaba. El doping positivo del capitán argentino desmoronó el sueño.
Ariel Arnaldo Ortega-Claudio López-Gabriel Batistuta (Copa Mundial 1998): En la era de Daniel Passarella, recambio. Ortega, el talentoso jujeño que compartió en silencio la habitación con Maradona en Estados Unidos, era ahora el dueño de la 10. Claudio López, amado jugador de rol que explotó Racing y encontró su lugar en el mundo en Valencia. Batistuta, que volvería a marcar un triplete, ahora con Jamaica, lo describió como el compañero perfecto porque siempre sabía en qué momento llegaría el centro.
El Piojo tuvo un buen rendimiento y marcó el tanto del empate ante Países Bajos, por los cuartos de final, aunque luego llegaría el histórico gol de Denis Bergkamp. Ortega, por su parte, tuvo uno de los mejores partidos de su carrera, ante Inglaterra, pero luego una expulsión ante una infantil reacción con el arquero Van der Sar lo marcó para siempre.
Hernán Crespo-Javier Saviola-Juan Román Riquelme (Copa Mundial 2006): En uno de los planteles con más talento de todos los tiempos, José Pekerman apostó por un trío de ataque con diferentes características. Uno centrodelantero clásico -exRiver- con cierta experiencia (Crespo, 31 años), un organizador -exBoca- en su justa madurez (Riquelme, 28 años) y un delantero libre en uno de sus momentos de mayor nivel (Saviola, 25 años).
El pase de Riquelme a Saviola que derivó en uno de los tantos de la victoria ante Costa de Marfil, en el debut, y la lluvia de goles contra Serbia y Montenegro, vaticinaban un futuro dorado para el trío argentino.
Pero, en cuartos de final, el entrenador no sostuvo el trío y se vio seducido por el brutal momento de Carlos Tevez. Al final, Saviola no tuvo ni un minuto de acción y la Selección argentina quedó afuera por penales ante Alemania.
Carlos Tevez-Gonzalo Higuaín-Carlos Tevez (Copa Mundial 2010): Con Diego Maradona se dio algo parecido a lo que había ocurrido en el Mundial anterior con José Pekerman. Aunque Carlos Tevez no llegaba como favorito para ser titular, con el inicio de la competencia el Apache volvió su presencia irresistible. El entrenador argentino solía usar un más bien conservador 4-4-2 que terminó por destrozar para apostar por el poder de fuego de un trío de enorme jerarquía.
En el segundo partido, Higuaín marcó un triplete ante República de Corea y demostró que podía ser un digno reemplazante de Batistuta. En octavos de final, el que brilló fue Tevez con México, con dos tantos en el 3-1 definitivo. Pero, en cuartos de final, Alemania sería demasiado. En ese esquema, Messi se movía con libertad y se aprovechaba de las marcas arrastradas por sus socios de ataque, aunque no pudo marcar en esa edición.
Sergio Agüero-Gonzalo Higuaín-Lionel Messi (Copa Mundial 2014): En una de las Eliminatorias sudamericanas más brillantes que se recuerde, el ciclo de Alejandro Sabella planteó un esquema claro que apostaba a su poder de ataque. A Agüero, Higuaín y Messi se agregaba Ángel Di María, mientras que Fernando Gago y Javier Mascherano hacían malabares en la mitad de la cancha. Sin embargo, la tendencia fue inversa a lo que había ocurrido con Maradona. El plan que llegaba desde la clasificación no se terminó de implementar en la competencia, principalmente por una cuestión de lesiones, aunque también por algunas decisiones estratégicas. En el debut, el entrenador dejó en el banco a Higuaín, que ingresaría en el entretiempo y marcaría la diferencia. En los siguientes partidos, con Irán y Nigeria, el DT sí apostó por el trío, aunque con poco desequilibrio salvo por Messi, que estaba en llamas.
A partir de octavos de final, una lesión muscular de Agüero cambió los planes definitivamente y el equipo pasaría a jugar con un 4-4-2, con Ezequiel Lavezzi con muchos minutos desde la banda derecha.
Julián Álvarez-Lionel Messi-Ángel Di María (Catar 2022): Un trío brutal que, en la Copa Mundial, solo jugó de titular en dos encuentros: Polonia (2-0 en la fase de grupos) y Francia (3-3 en la final). Pero qué partidos. Julián Álvarez se ganó el puesto durante la competencia, tras algunas actuaciones que no terminaron de convencer de Lautaro Martínez, quien era el nueve titular del ciclo de Scaloni. Di María, por su parte, no terminó de soltarse en el torneo por alguna molestia física, pese a que brilló en la final. Messi, inamovible, fue más que figura que nunca compensado por la potencia física de Álvarez a la hora de presionar y a la permanente opción de pase de su viejo aliado. Ante Polonia, por el habitual costado derecho. Contra Les Bleus, con el factor sorpresa: por izquierda para sorprender a Koundé y obligar al retroceso a Dembele, un jugador de pocas características defensivas, como alguna vez explicó Scaloni para FIFA.
Fuente y Foto: Web de la FIFA.
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